Faltan cinco pa’ las doce, la verdadera historia. Por: Robinson Castillo

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La opinión  y el criterio del autor son de su completa responsabilidad.

Por: Robinson Castillo Charris 

“No hay otra canción en Latinoamérica y tal vez en el mundo que resuma en pocas palabras y en forma tan contundente el espíritu navideño y de fin de año como Cinco pa’ las doce”.

Es la canción más emotiva para despedir cada año y esperar el nuevo. Se convirtió en un verdadero himno latinoamericano en tiempos de navidad, pero su compositor jamás pensó que su obra tendría el impacto que la volvió eterna.

La canción la escribió el venezolano Oswaldo Oropeza a principios de 1960, pero solo cinco años después fue incluida prácticamente de relleno en el álbum El gallo pelón, un elepé de 10 temas. Ni el más optimista apostaba por el despegue de esta composición.

La interpretación original estuvo a cargo del también venezolano Néstor Zavarce y la producción la adelantó el propio compositor con su hermano Prisco Oropeza, el efecto de la introducción de la canción lo lograron tocando botellas de vidrio llenas de agua.

“La canción refleja la fe en las campanas de la iglesia están sonando; la solidaridad está en los abrazos que se confunden sin cesar, y el amor se expresa en una linda viejecita que me espera en las noches de una eterna Navidad”. Dijo su cantante Néstor Zavarce en una entrevista con RCN Radio en el año 2009.

Y agregó sin un centímetro de exageración: “No hay otra canción en Latinoamérica y tal vez en el mundo que resuma en pocas palabras y en forma tan contundente el espíritu navideño y de fin de año como Cinco pa’ las doce”.

Pero en Colombia la versión que más suena todos los 31 de diciembre es la de Aníbal Velásquez. En nuestro país es más popular y retumba en todas las emisoras, la interpretación en tiempo de guaracha del artista costeño, de la gran obra del venezolano Oropeza.

escuché varias veces la canción y concluí que, con unos arreglos, sin variar la letra, se podía efectuar una extraordina­ria versión” relató Aníbal Velásquez en una entrevista con El Heraldo.

“El caso es que Faltan cinco pa’ las doce llegó a mí, de manos del propio autor, Oswaldo Oropeza, quien me invitó a una suite de un hotel de Caracas. ‘Quiero que la escuches –me dijo Orope­za–. Acaba de salir al mercado’. La letra, la música con arpas y el coro, eran tristes, pero tenía su sabor. ¡Está buena la vaina!, exclamé, consciente de que la voz de Zavarce tenía un sonido como de ultratumba. De regreso a Barranquilla, ya con cabeza fría, escuché varias veces la canción y concluí que, con unos arreglos, sin variar la letra, se podía efectuar una extraordinaria versión” relató Aníbal Velásquez en una entrevista con El Heraldo.

“Varios días duré dándole a los arre­glos hasta que le encontré la caída y se la llevé al turco Genaro Fayud, director artístico de Discos Tropical, el tema se grabó en los estudios de Tropical, en Barranquilla, y a me­nos de un mes de haber sido prensado ya estaba en la calle sonando” dijo Aníbal Velásquez.

Faltan cinco pa las doce es todo un patrimonio. Una canción que en principio no se le depositó toda la confianza, pero que el público la hizo inmortal.

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Robinson Castillo Charris. Comunicador Social y Periodista de la Universidad Autónoma del Caribe. Magíster en Comunicación política de la Universidad Externado de Colombia y especialización en Periodismo Digital. Amplia capacidad en marketing mediático, gestión de medios, Consultor Estratégico en Marketing de Contenidos. Jefe de Prensa de Senado, Cámara de Representantes y asesor de prensa del Concejo de Bogotá, columnista de varios medios impresos y digitales.

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